Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Distribución alimentaria, teleconferencias y salud saldrán «potenciadas de la crisis»

Es un emprendedor con intuición. «De una forma general, creo que las pandemias, la adversidad en general, nos obligan a innovar». La frase es de Vincent Rosso, cofundador y director general de BlablaCar España hasta 2015 y fundador de Consentio. «Mi olfato me dice que muchos proyectos relacionados con la salud, la distribución alimentaria, los procesos de venta y la teleconferencia se verán potenciados», adelantó. «De estos sectores saldrán una gran cantidad de nuevos proyectos y oportunidades de inversión. La paradoja de emprender para mí es aprender», destacó.

Rosso, gran conocedor del ecosistema emprendedor, participó ayer en Alhambra Venture, en una charla muy esperada en la que explicó cómo ha sido su vida emprendiendo. Hay que reseñar también su faceta de inversor en startups como onTruck, Goi, Lingokids, TheBrubaker, SocialCar, Peoople, y Alma Mobility. Aunque esta parte la tiene «más apartada».

Conociendo bien el mundo del emprendedor, que no es fácil, Rosso argumentó que lo de emprender es «muy personal» y que, de hecho, no todos los emprendedores se parecen. «Cada uno tiene su estilo, criterios y aptitudes. En mi caso, creo que es fundamental tener mucha ambición, resiliencia, y darle mucho cariño a los detalles». Para él es como: «Pintar un cuadro corriendo un maratón».

El fundador de BlablaCar repasó su trayectoria a la vez que algunas fechas históricas en la que la innovación fue clave en la movilidad y desplazamiento de las personas. Rosso, en su faceta personal, remonta sus primeros intentos por buscar respuestas y emprender a su primer programa informático, cuando solo tenía 11 años. «Me apasionaba ver las posibilidades que ofrecían los ordenadores en aquel momento. Diez años después, me di cuenta de todo su potencial al hacer mi tesis de fin de carrera en una universidad de EEUU sobre los algoritmos que los fundadores de Google usaron para optimizar las búsquedas en la red», dijo.

Convirtió su hobby en profesión. Descubrió el poder de los datos. «Y cómo nos podrían ayudar a resolver muchos problemas. Waze, una app para mejorar el tráfico sigue siendo uno de los mejores ejemplos», argumentó. Fue precisamente de esta premisa y estas herramientas que nació su implicación en BlablaCar y, posteriormente, en Consentio. Esta última empresa la puso en marcha para ayudar el sector frutihortícola. Como él mismo dijo, ha sido mucho lo que «he podido sembrar y aprender en este camino. Y lo que queda».

Aportación digital
Para Consentio estudió cómo la fuerza de un país reside en su capacidad de producir alimentos. «Analizando con mi socio los procesos existentes, nos dimos cuenta que la tecnología podía aportar muchas mejoras a las zonas productoras y a toda la cadena de suministro desde el campo al supermercado. Hemos diseñado una plataforma, muy sencilla, para ayudar a todos los profesionales a gestionar sus operaciones en el mundo digital. Es un proyecto digital muy bonito para un sector muy apasionante», subrayó. «No hemos inventado el agua caliente, hemos observado cómo trabaja la gente e intentamos aportar».

Recordó que empezó a emprender realmente en 2007, pero hubo muchos microintentos desde que tenía 12 años. Antes de BlablaCar estuvo trabajando para compañías de tecnología, donde tenía como clientes principales a empresas del IBEX y operadores de telecomunicaciones.

La pregunta del millón. ¿A qué se debe el triunfo de BlablaCar? «A una combinación de factores: la llegada de una crisis económica, el gran uso de smartphone y la emergencia de las redes sociales», respondió al tiempo que puso de relieve que «esos tres factores potenciaron el uso de una app que ayuda a la gente a seguir adelante con sus vidas. En el caso de BlaBlaCar fue incluso más evidente entre todos los jóvenes».

Compartir en
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.