Los expertos en invertir en nuevas empresas y proyectos saben perfectamente cuál es para ellos el sector más rentable: el de la salud. Por eso, las startups de biotecnología se han colocado a la cabeza del emprendimiento, también en España. Inversores profesionales han explicado en una mesa redonda sobre ‘Invertir en salud’, conducida por Lourdes Núñez, los motivos de su rentabilidad.
En primer lugar, la representante de Namarel Ventures, Mireia Angulo, ha indicado que las startups especializadas en biotecnología generan empleo y riqueza, con un beneficio a las personas. «También estamos los inversores, que pretendemos sacar un retorno económico de todo esto, pero a mí me gusta invertir en salud porque tiene un impacto diferencial respecto a otros sectores y es que reporta un beneficio directo en el bienestar del paciente»; ha señalado. Y es que, tarde o temprano, «nos van a beneficiar a todos porque todos somos o seremos pacientes en algún momento».
El sector biotech lleva más de diez años siendo el que mayor rendimiento demuestra a nivel global. No obstante, en el tema de la salud siempre está la discusión de si cualquier proyecto tiene un impacto en la sociedad. Así lo ha planteado Giacomo Desimone, de Clave Capital. Aunque resulta evidente, según él, que todos los proyectos sanitarios pueden tener impacto, los inversores son «un poco más exigentes» y quieren ver «unas métricas que afecten más directamente en el bienestar del paciente». «Queremos que se pueda medir este impacto»; ha apuntado.
Así, los expertos han destacado que para los inversores «invertir en salud es tan rentable como invertir en armas». Y es que «además del impacto en la salud, estamos impulsando un tejido industrial de alto valor -ha comentado-. No se trata solo de que sea rentable, sino de que genere un ecosistema». Según ellos, con un ecosistema, con proveedores de primera y con un talento innovador genial, «es el momento y la necesidad del mercado».
Cada vez más fondos inician su andadura en el sector de la salud, ha comentado Guillermo Sarrías, de Ship2b Ventures. Hay universidades «muy prestigiosas» y muchos científicos de «primer nivel», que son, según él, los que detectan las oportunidades y empiezan a desarrollar estos proyectos. «Un reto que tiene este sector es que, a veces, el científico quizá no sea el mejor gestor después para una startup», ha señalado. El resto de inversores de la mesa han concordado con él. Por lo general, desde el punto de vista de la inversió, todos quieren ver que el que presenta el proyecto es el que lo ha ideado y el que lo ha trabajado.
Los desafíos
A día de hoy, las startups de salud digital se enfrentan a numerosos desafíos, como la parte financiera. Para Joan Mercadal, de Nara Health Capital, se necesitan inversores públicos, pero también privados. «En España, aún no hay fondos con mucho dinero, algo esencial sobre todo para la última fase del desarrollo de una startup. También se necesita talento desde el punto de vista empresarial para acompañar a las empresas y hacerlas crecer», ha explicado. En este sentido, considera «clave» la labor de incubadoras como Acex Health, que son en realidad un espacio de consolidación de ideas.
«Falta que España se acabe transformando en grandes inversores», inversores internos que no sean solo una palanca en el extranjero, sino que también apuesten por las ideas nacionales. Lo que pasa es que «el riesgo está implícito», ha intervenido Mireia Angulo, que se ha dado cuenta del papel que tienen algunos inversores apostando por proyectos disruptivos que conllevan cierto riesgo. Así, ha destacado como caso de éxito el de Sanifit, nacida en Mallorca como una empresa de terapia para enfermos renales que ha acabado siendo «uno de los pioneros consiguiendo rondas internacionales y rondas muy grandes en el sector biotech en España».
Ahora, parece que es el momento de las terapias génicas. Todo el mundo las desarrolla, pero alguien tiene que fabricarlas después. La clave, según los expertos de esta mesa, es unir la búsqueda de los mejores inversores, que identifican una necesidad, con la gestión profesional y el mejor talento científico para montar una empresa internacional. Este es el ejemplo, según los inversores, de cómo se tienen que hacer las cosas.