La agenda de Alhambra Venture no se detiene, de nuevo una mesa redonda sobre un actor principal, los Venture Capital, fondos que invierten en startups a cambio de una participación en el capital de la empresa.
En este caso titulada ‘Venture Capital como impulsor del emprendimiento innovador. ¿Qué buscan los inversores que apuestan por la sostenibilidad?’.
Y es que la sostenibilidad se ha convertido en un factor decisivo a la hora de conseguir inversión, pero no todo vale. Precisamente de eso hablaron los ponentes, moderados por el emprendedor e inversor Tom Horsey, que quiso empezar definiendo qué es el ‘impacto’.
Los protagonistas fueron Manuel Nieto de First Drop VC; Carlos Blanco de Encomenda; Tacho Enríquez de Real Yeald Sicav y Rui Rodrigues de Indico Capital Partners.
Nieto quiso subrayar que un proyecto de impacto es una empresa que aborda un problema social cumpliendo con determinadas características. «Es importante saber que este tipo de compañías, cuanto más dinero ganan, más impacto tienen».
«Es esencial poder medir el impacto, si no lo mides no se puede valorar. En nuestro caso, queremos ser coherentes con lo que decimos, no es lo mismo entrar en esto por moda que por convencimiento».
Por su parte, Carlos Blanco subrayó que algunas de sus startups invertidas con Encomenda son andaluzas, y algunas otras como Kampaoh las conoció en Alhambra Venture.
«El impacto positivo para la sociedad es muy subjetivo, hay muchas definiciones distintas. Cualquier startup de salud se puede considerar de impacto, aunque hay muchos verticales. El impacto será algo transversal y pasará a ser un criterio más, pero por ahora, los Venture Capital también nos sumamos a las tendencias», añade Blanco.
El inversor Indico Capital afirmó que midiendo el impacto no hay respuestas directas, pero sí midiendo el retorno: «Nuestros inversores además del retorno quieren generar cambios sociales».
Por último, Tacho Enríquez apuntó la necesidad de que los emprendedores tengan más facilidades y menos impedimentos: «Para ser sostenibles, lo primero es la obligción de ganar dinero. Si de verdad te crees la sostenibilidad, tienes que partir del sentido común. Hay que creérsela, no implementarla a base de sanciones».
Para terminar, Enríquez concluye que «la sostenibilidad institucional parte de los políticos, hay que prestar atención a la regulación y de sus excesos, que a veces perjudican al emprendimiento».
